Una pregunta frecuente que nos hacen muchas personas que padecen diabetes (tipo 2) o sus familiares respecto a la ingesta de alcohol.
La mayoría de vinos secos hoy día, tienen muy poca o casi nada (menos de 2gr/lt) de azúcar residual (se conoce así, el azúcar que queda después del proceso de fermentación) y por lo tanto no tendrían efecto inmediato sobre los niveles de azúcar en sangre. Sin embargo los vinos de postre con altos niveles de azúcar residual (hasta 400gr/lt) o los espumantes Extra Dry, Sec, Demi-sec o Doux, (tienen entre 12 y 50 grs/lt de azúcar residual) deberán evitarse por parte de aquellos pacientes sensibles al azúcar.
Cuando se es diabético, no es suficiente saber cuanta azúcar contiene un vino, también se debe estar atento a cómo el alcohol afecta los niveles de azúcar en la sangre. En los diabéticos, el hígado produce azúcar extra, el alcohol reduce la cantidad del azúcar producida por el hígado, por lo tanto el consumo de alcohol puede realmente llevar temporalmente a reducir los niveles de azúcar, lo que podríamos definir como una paradoja, “el alcohol es benéfico para las personas con diabetes”.
Pacientes que estén recibiendo insulina deberán ser especialmente cautelosos cuando tomen alcohol, ya que la insulina también disminuye los niveles de azúcar en la sangre. La cantidad de alcohol en una copa de vino es suficiente para interferir la producción de azúcar por parte del hígado, por lo tanto se incrementa el riesgo de un descenso severo de glicemia con la aplicación de la insulina. Demasiado alcohol también dificulta el reconocimiento de síntomas de hipoglicemia (baja azúcar en la sangre), por lo tanto pacientes dependientes de la insulina, deberán estar vigilantes y chequear sus niveles de glicemia cuando consuman alcohol.
El vino puede tener efectos benéficos sobre la salud, (una de las ocho maneras comprobadas de reducir el riesgo de enfermedad cardiaca coronaria por su efecto antioxidante) ingerido con moderación, cuando se rompe esta barrera puede sobrevenir el sobrepeso que traería otro problema agregado al paciente diabético.
Personalmente no veo problema que un paciente pueda incluir una copa de vino en su dieta especialmente si es rojo, siempre y cuando sea con responsabilidad, pero recuerde; siempre es mejor que pregunte a su médico, el mejor que nadie sabe lo que es bueno para usted.
Algunos conceptos que se expresan aquí son del Dr Thomas Donner, profesor asociado de la escuela de medicina de la Universidad John Hopkings y director del centro de Diabetes.